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Este Día de la Reforma, 18 de las 24 provincias argentinas celebrarán a las iglesias evangélicas y protestantes.
Los líderes evangélicos esperan que, algún día no muy lejano, se una todo el país.
El mes pasado, el gobierno federal dio un paso más hacia el reconocimiento nacional de la celebración del 31 de octubre en honor de estas comunidades, cuando la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que ahora debe pasar por el Senado.
«Para muchos evangélicos aparecer en la agenda pública legislativa del país es muy importante. Responde a una aspiración de visibilidad en la comunidad», dijo Viviana Barrón, rectora del Seminario Internacional Teológico Bautista. «Años atrás, muchos decían que nuestras iglesias eran prácticamente invisibles para los gobiernos. Eso ha ido cambiando y es recibido con alegría por muchos».
«En nuestro país, los cristianos evangélicos son ciudadanos de segunda clase», dijo Joel Issachar Stefanini, presidente y fundador de la Federación Iglesias Pentecostales de Argentina.
«Estamos luchando [desde] hace más de 40 años, desde que llegó la democracia nuevamente [a] nuestro país… para que se nos reconozca como iglesia cristiana y tener igualdad de derechos».
Muchos líderes evangélicos se han sentido frustrados por lo que han interpretado como un desaire de 150 años por parte del Estado hacia su comunidad.
Según el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), la comunidad evangélica pasó del 9 % al 15.3 % de la población entre 2008 y 2019. El mismo informe sitúa a la comunidad católica en el 62.9 %. (Argentina tiene 46 millones de habitantes).
La Corte Suprema de Argentina ha dictaminado ...